Terminó la semana de la moda en Milán pero aún queda en el ambiente su “estela de glamour”, una atmósfera de fiesta porque una Fashion Week es exactamente eso una semana dedicada a rendir homenaje a la moda a través de las creaciones de los diseñadores más importantes y destacados del momento pero también se da tribuna a los nuevos talentos que están ingresando en este cotizado mundo.

Una Fashion Week se vive intensamente día a día de la mañana a la noche sin parar. Es un ir y venir entre desfiles, eventos y cocteles donde el principal desafío es poder cumplir con todo lo programado pues los eventos se desarrollan en diferentes locaciones cada una más imponente que la otra ya que Milán es una ciudad donde la riqueza arquitectónica es parte del espectáculo.

Palazzo Reale di Milano – Sala Cariatidi

Un detalle que llamó mi atención fue la media hora de retraso con la que empezaron los desfiles, sí la “Hora Cabana” (que significa impuntualidad) invadió Milán. Sin embargo hasta los inicios fuera de la hora programada son parte del show pues los invitados encontraron en esos minutos el momento propicio para intercambiar ideas o simplemente ampliar su lista de contactos.

Cada catwalk es el resultado de meses de preparación, horas de trabajo de diseñadores, modistas, asistentes y tantas figuras profesionales que son parte de la “producción” de cada colección que se muestra en 15 minutos de desfile con una escenografía espectacular con la música de fondo que mueve emociones y lo más importante es la temática elegida para lograr impactar al público.

Los selfies llegaron a la pasarela – Catwalk Dolce & Gabbana

Todos los detalles de cada runway son cuidadosamente supervisados porque detrás de cada creación son cientos de horas invertidas para ver hecho realidad cada diseño, ya que cada uno nació de un boceto que cobró vida para lucirse bajo los reflectores de la Fashion Week.

Catwalk GUCCI – Colección Primavera / Verano 2016

Otro aspecto importante de mencionar es lo que sucede en las calles de Milán, que también se convierten en protagonistas al ser la pasarela perfecta para las fashion bloggers, las modelos, los invitados de honor, los editores de moda de importantes revistas y figuras de este fascinante mundo que brindaron un espectáculo privilegiado a todos los “Fashion Lovers” que esperaban verlos llegar como en cada edición de este importante evento.

    

Una mención especial merecen las “fashionistas” aficionadas que lucieron sus mejores outfits con la esperanza de ser captadas por el lente fotográfico de los Cool Hunters, quienes esperan pacientemente en lugares estratégicos para conseguir la mejor toma de los Street Styles.

Para mí vivir esta semana de la moda en Milán fue una inyección de vitamina, una nueva visión general de este mundo lleno de belleza pero al mismo tiempo de una frivolidad que cautiva. Una experiencia que te permite conocer cómo se mueven los distintos elementos que le dan vida a este universo paralelo que es uno de los motores más importantes de la economía europea pero sobre todo porque es el espacio perfecto para tantos creativos que refrescan marcas tradicionales que siguen presentes en nuestros días.

“Una Fashion Week es una experiencia digna de ser incluida en la lista de cosas importantes por vivir.”

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Fotos: Elle, Vogue, Letsrestycle, Highsnobiety, Alessia’s Way, GioFashionPoint